Opinión: La inoperancia de las autoridades nuevamente pasa la cuenta a Valparaíso. Por Edgar Guíñez

Nuevamente Valparaíso debe soportar una tragedia que debió y pudo haberse evitado, si es que los responsables, quienes ocupan cargos de representación o funciones pública cumplieran, de manera profesional y eficiente, su labor.

Produce indignación la falta de capacidad de análisis de quienes, para deslindar responsabilidades, centran las causas de la tragedia que afectó a Valparaíso este 14 de febrero, en los pobladores que construyen a orilla de quebrada o que no desmalezan o sacan la basura. Qué argumento es ese, si Valparaíso desde que es Valparaíso ha sido así.

Estos voceros oficiosos de la autoridad, ocupan medios de comunicación, algunos con algún prestigio, para evitar entrar en los orígenes de fondo de estas situaciones que, como siempre, afectan  a los más pobres y vulnerables de nuestra ciudad puerto.

Sólo al pasar se menciona, un elemento principal en la propagación del incendio, la falta de agua en los grifos del sector. Qué responsabilidad tiene la Superintendencia de Servicios Sanitarios en la fiscalización del funcionamiento de estos, quién exigirá explicaciones a ESVAL, la dueña del agua en la región.

¿Cuál es el catastro de los grifos y su estado de funcionamiento en Valparaíso?

¿Se pondrán, las autoridades, a la cabeza de las investigaciones que haya que realizar para dar con las responsabilidades previas al incendio? O ocurrirá lo de la calle Serrano, que entre los recovecos jurídicos y triquiñuelas varias, las empresas relacionadas ( CHILQUINTA y Gas Valpo) nunca, asumieron su responsabilidad y menos los servicios y organismos que debieron fiscalizar.

Cuál es el rol del municipio en esto, qué tienen que decir el Departamento de Operaciones, el Departamento de Aseo en todo esto, cuántas explicaciones le debe a la ciudad el Alcalde Castro (UDI) que anda más preocupado de facilitar la construcción del Mall Barón y destruir las emblemáticas plazas y parques de Valparaíso, para construir estacionamientos subterráneos, en beneficio de sus amigos empresarios,  que de la ciudad de la que es responsable.

Dirá Castro por qué no se ha efectuado un plan de prevención de verdad,  con el debido equipamiento municipal y bomberil para enfrentar estas calamidades,  lo más probables es que no haya respuesta, y si las hay estas sean justificaciones que no sirven para los cientos de pobladores que lo perdieron todo una vez más,  por la ineficacia e incompetencia de una autoridad a la que no le preocupa mayormente la suerte de las y los vecinos de su ciudad.

Como siempre es destacable la entrega y el heroísmo de los voluntarios de los cuerpos de bomberos, qué a pesar de la precariedad, con enormes esfuerzos trabajaron para ayudar a los afectados y evitar que la tragedia fuera aún de dimensiones mayores. Ellos hacen lo que pueden, pero no es su tarea y no están en condiciones de  suplir las tareas que le corresponden al municipio y a las autoridades en estas materias.

Con cara de circunstancia aparece ahora el Alcalde, ofreciendo ayuda para los damnificados, ayuda que todos sabemos no servirá para aquellos que lo perdieron todo.

¿Con esa misma cara aparecerá si en Porvenir Bajo ocurre una tragedia similar?

Hace semanas que los vecinos de ese sector le piden que resuelva el problema de la basura acumulada en las quebradas, en micro basurales, en las puertas del consultorio y el jardín infantil, la respuesta es indolencia y desprecio.

A metros de ellos, Castro,  observó paradojalmente, el mismo día de la tragedia, a los pobladores de Porvenir Bajo manifestarse en las puertas del municipio, qué hizo, le ordenó a su chofer apretar el acelerador y desapareció.

Para nadie es un misterio el grave problema de gestión de la basura y los deshechos en Valparaíso, según representantes de Unión Comunal de Juntas de Vecinos, la proliferación de basurales, plagas de ratas, moscas y otros vectores es generalizado en la ciudad, el responsable de esto, el Alcalde, frente a estos problemas, se abanica y mira para el cielo o prefiere defender los grandes proyectos empresariales que amenazan la ciudad, tanto o más que le ineficiencia edilicia.

En esta ocasión, como es habitual, la autoridad llega tarde y mal, aprovecha, como ave carroñera las cámaras y los flashes para figura e intentar explicar lo inexplicable, para escenificar una apariencia de preocupación y sentimiento por la gente que no tienen, si lo tuvieran se habría trabajado para evitar esta nueva tragedia que enluta a Valparaíso.

Esta forma de gobernar, esta forma indolente e irresponsable de ejercer la autoridad tiene los días contados, las experiencias de organización que surgen de la gente, como la de los apoderados que evitó el cierre de las 4 escuelas de los cerros porteños, demuestran que los ciudadanos toman en sus manos la solución de los problemas, así lo están haciendo la juntas de vecinos unidas de Porvenir Bajo, y el colectivo en Defensa de las Plazas de la Ciudad y otras organizaciones que surgen al calor de la indignación y toma de conciencia.

Lo más probable que también surja de entre las víctimas del incendio una organización que demande soluciones reales a las autoridades y que la reparación que se debe a los entes responsables de haber previsto y evitado la tragedia de este nuevo incendio que aterrorizó a Valparaíso.

Con la nobleza que caracteriza a nuestro pueblo se multiplican las iniciativas solidarias para ir ayuda de los afectados, conmueve ver, como desde el primer momento, a través de la redes sociales y otros medios se están estableciendo cadenas y coordinaciones solidarias, incluso más allá de la región.

Este ejemplo, necesario, no debe oscurecer la necesidad de  exigir a las autoridades de todo nivel, desde el municipio hasta el nivel central que cumplan su papel, que inviertan lo que sea necesario para prevenir y evitar estas calamidades, esta exigencia debe abarcar además la búsqueda de las responsabilidades administrativas, civiles y penales involucradas, no puede ser que ocurran tragedias de esta magnitud y nadie siquiera se despeine, salvo, claro, para las cámaras.

La mejor ayuda para las víctimas, para Valparaíso y para Chile es que el pueblo organizado y movilizado obligue a las autoridades a ejercer su papel o de lo contrario exigirles un paso al costado.

Edgar Guíñez M.

Director SIC Noticias

Comunicador Autodidacta

 

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