El 14 de febrero un gigantesco incendio estremeció a Valparaíso y al país, centenares de viviendas en los cerros Rodelillo y Placeres fueron consumidas por las llamas.
En los primeros momentos, la principal tarea fue ir en auxilio de los damnificados, desatándose una ola de solidaridad liderada, principalmente, por estudiantes y jóvenes voluntarios. Tras las toneladas de ropa y alimentos reunidos y los consecuentes anuncios gubernamentales para solucionar la situación comenzó a surgir la inquietud por las responsabilidades asociadas a la tragedia.
SICNoticias.cl el 16 de febrero, sólo dos días después del incendio, publicó, en exclusiva, un informe en que se señalaba que las autoridades de la región estaban al tanto de que podía producirse una tragedia y que no se habían adoptado las medidas para evitarla. (http://rcu.cl/ape).
Así lo consignó el acta N° 1, del 12 de diciembre de 2012, en la que el Jefe de Emergencia del municipio porteño, alertó sobre el atraso en el despeje y limpieza de quebradas, que a esa fecha alcanzaba a un 5% o 6% del total que debía hacerse. Todo se explicaba en la falta de recursos.
En tanto, el ex Concejal Manuel Murillo, anunció, el 15 de febrero, a través de la redes sociales que a fines de diciembre el Alcalde (UDI) Jorge Castro, había mandado una carta al Intendente Regional Raúl Celis (RN), solicitando recursos frescos para solucionar el problema de limpieza en las quebradas de los cerros porteños donde anticipaba, además, la posibilidad de la tragedia.
Mediante este expediente, Castro, deslindaba responsabilidades en la intendencia regional por lo ocurrido.
Pues bien, en la sesión ordinaria del Consejo Regional de Valparaíso, efectuada el 28 de febrero de 2013 y que preside el Intendente Celis, mientras se tocaba el tema del incendio, uno de los consejeros regionales le consultó respecto de la real existencia de la carta en cuestión, este respondió que no le constaba haber recibido ninguna carta del alcalde.
Así aparece consignado en el acta, N°607, de dicha reunión, exactamente en la página once, abriendo la interrogante de quién miente respecto de este tema.
Si la misteriosa misiva no existe, cuál podría ser la motivación de Murillo para aseverar su existencia.
Si es verdad que el Alcalde de Valparaíso solicitó, por escrito, como afirma Murillo tener incluso copia de la carta, porqué razón el Intendente se atreve a negarlo.
Lo cierto es que las preguntas sobre las responsabilidades institucionales en el incendio que conmovió al país siguen sin ser respondidas. Nada se conoce sobre eventuales investigaciones que debieran estar en marcha por el nulo funcionamiento de los grifos, la responsabilidad de ESVAL al respecto y también del municipio que, a sabiendas del peligro que se corría no adoptó las medidas que correspondían para evitarlo.
Tampoco se ha profundizado en el rol fiscalizador de servicios implicados en la fiscalización de la constructora que aparece como responsable del incendio, focalizando la responsabilidad en un humilde trabajador, que por obra y gracia del tiempo transcurrido también ha salido del foco público.
Son cientos los millones de pesos de todos los chilenos que el Estado ha debido invertir para ir en auxilio de los afectados, sin embargo, quienes debieron, en su calidad de autoridades, prevenir la tragedia hoy están interesados en otros temas, de las visitas a los cerros siniestrados, de los focos y las luces queda poco o nada y los pobladores deben arreglárselas solos para enfrentar el futuro.
Edgar Guíñez
Comunicador autodidacta.