C A R T A de un Joven Sanantonino a Marcel Claude.
“El niño no es una botella que hay que llenar, sino un fuego que es preciso encender.” Montaigne
Estimado Marcel:
Intentaré ser muy breve. Aunque quizá en mi intento falle. Es lo más probable.
Soy de San Antonio, una ciudad que se dice es el primer puerto de Chile, pero es la provincia con mayor desempleo de los últimos años (como se estableció el año 2011) No puede ser que esté dentro de los 4 primeros puertos de Sudamérica y su población esté tan empobrecida.
El 2009, instalaron 10 silos para la planta Graneles Chile S.A, filial de Agrosuper, a escasos metros de las casas de las personas en el centro de Barrancas. Un acto pernicioso y pactado en las sombras. El 2010 se erigió una solución parche, el actual mall de San Antonio, que nos priva de la hermosa vista al mar de antaño, y donde los empleos, son una ilusión óptica. Es más, los empresarios y dueños del recinto, pintaron el edificio con colores y formas emulando las olas marinas que antes podíamos ver frente a nuestra calle principal. Se ríen de su gente en su propia cara. El mismo 2010, la municipalidad en conjunto con el actual gobierno de turno, entregó todo el borde costero a una empresa privada, a través del decreto 130. Y para variar, este año quieren posicionar una planta de ácido sulfúrico, de alta peligrosidad para la salud de las personas.
Esta ciudad no sólo está empobrecida materialmente, sino que también espiritual e intelectualmente. De tener antaño 4 salas de cine, un par de teatros y otros centros de recreación, hogaño está desposeída de toda cultura. Escasa y mediocremente, la municipalidad se ha encargado de mejorar ésas condiciones, pero a través de propuestas flojas, vacías y temporales. Aún peor, compitiendo con gestores culturales independientes y derribando sus proyectos por el sólo hecho de no ser oficiales. Lo digo por experiencia propia.
No hay respeto por el ocio del trabajador ni por la recreación necesaria del niño y el adolescente, que cada día que pasa, se convierten en protagonistas de las portadas del amarillista Diario El Líder (filial de El Mercurio, y que en este preciso momento, está en huelga mediante sus trabajadores) llenando las noticias con hechos criminales y actos de suicidio.
Deseo como habitante de estas tierras, nacido y criado en ella, testigo ocular de su empobrecimiento, y además y no menos importante, testigo auditor de las miles de injusticias que esta hermosa ciudad ha sufrido a lo largo de los años, y que mis padres, vecinos, tíos y abuelos, han sido transmisores de su amargura y descontento, emplazarte a ti Marcel, para que nos visites y puedas escuchar y conocer nuestras preocupaciones.
¿Y sabes por qué te escribo sobre todo?
Porque hace un par de años me convertí en tío de una hermosa y tierna niña, que me llena el corazón de alegría y que ha iluminado los días más aciagos que he debido soportar estos últimos años en esta ciudad oscurecida, maltratada, vejada y ultrajada por la vil mano del empresario. No soy tonto y sé que nunca he vivido en democracia. Esto es una plutocracia.
Ni concertación ni Derecha han hecho nada por esta ciudad que he aprendido a amar, tras años de sentir rabia y desazón. No quiero que esta amarga ciudad siga siendo el único sabor que su gente conozca. No quiero que mi sobrina viva en una ciudad sin oportunidades, sin carisma, sin cultura y sin vida. No quiero que la gente siga yéndose de esta ciudad, tan sólo porque todo está en su contra. No quiero que sigan siendo cómplices del desalmado oligopolio en el que sobrevivimos constantemente. No quiero nunca más que piensen en claudicar, sin antes dar la lucha. No quiero ver más tristeza en las calles. No quiero ver más mendigos en cada cuadra. No quiero ver más ancianos con pensiones indignas muriendo en los brazos del alcohol.
Marcel, esto lo escribo por ella, por todos los niños y adolescentes que viven en San Antonio y en nombre de los jóvenes, que estamos dispuestos a dar la lucha por nuestro querido puerto. Pero sobre todo por ella, por Amanda: Mi sobrina. No quiero envejecer mirándola a los ojos y arrepentirme de nunca haber hecho nada por un mejor futuro para ella. No me lo perdonaría. Ella me hizo ver que un mejor mundo es posible. ¿Por qué no posibilitar hacerle ver un mejor mundo a ella?
Marcel, estoy contigo.
Gonzalo Manzo Silva
Licenciado en Cine
Cineasta Universidad de Valparaíso
RUT: 16.404.372-K
