EL COMPAÑERO ALLENDE, EL MOVIMIENTO POPULAR Y LA IZQUIERDA 40 AÑOS DESPUÉS.
Carlos Lafferte C.
Caracas, República Bolivariana de Venezuela, septiembre de 2013
TEMARIO: Cinco miradas
- Familia, persona y contextos
- Allende y la fuerza de los paradigmas
- La paradoja histórica: allendismo y chavismo
- Allende en la lucha democrática del chile de hoy: ¿dónde estamos en la lucha de clases, cuales son las salidas necesarias y qué relación tienen con Allende?
- El programa democrático y revolucionario del chile de hoy y el programa de Allende.
- Conclusiones
- 1. FAMILIA, PERSONA Y CONTEXTOS SOCIO – HISTÓRICOS
¿Cuánto hacen a la formación integral de una persona su historia familiar y su historia personal?
¿En qué medida la comprensión propia del contexto histórico – social de ambos recorridos, el familiar y el personal, fomentan aquella formación, ya sea en su continuidad o en su ruptura?
- A. La familia
Su bisabuelo Ramón Allende Garcés, junto a su tío bisabuelo José María Allende Garcés, formaron parte de los húsares de la muerte, bajo las ordenes de Manuel Rodríguez. Su otro tío – bisabuelo fue guardia personal de Bernardo O’Higgins.
Posteriormente, su abuelo Ramón Allende Padin, médico, librepensador, radical (anticlerical excomulgado), diputado y senador del partico radical, parlamentario por años, vice – presidente del senado, serenísimo maestro de la masonería. Pionero en la exploración de las relaciones entre salud y sociedad. Llegó a fundar la primera maternidad pública. Gran prestigio social: sus restos son despedidos en el cementerio general por enrique Mac – Iver. Las relaciones entre salud y sociedad mostraban las consecuencias en la salud de un modelo particular de sociedad, de dominancia y de clases dominantes. En ese sentido ser médico y ser médico salubrista era ser transformador del orden social que producía una cierta bio morbi- mortalidad en el pueblo.
Su padre, Salvador Allende Castro, fue abogado y funcionario judicial por largos años, procurador de la corte de apelaciones en Tacna, abogado del consejo de defensa fiscal en Valdivia, relator de la corte de apelaciones de Valparaíso y, finalmente, notario público en Valparaíso.
Salvador Allende en tanto hijo de una familia de la pequeña burguesía profesional y funcionaria acomodada, gozó de espacios sociales y culturales que potenciaron su proceso formativo, en continuidad con sus espacios e historias familiares, situándolo desde lo instrumental en la república y la institucionalidad de la república, y desde la esfera de los sentidos, de las emociones, en el romanticismo.
Desde lo racional… se harían comprensibles actitudes y conductas que refieren permanentemente, por un lado, un espacio de responsabilidad social, a la valoración de las instituciones republicanas y, también de la legalidad como camino para su construcción / transformación.
Desde su subjetividad un sentido romántico de la historia, de una historia necesariamente orientada al bienestar humano, esta sería a cada momento el medidor de su conducta. No los dioses de la ciudad encantada. De ahí quizás sea posible entender su advertencia permanente a esta historia que observa el actuar de las personas: a veces como significación histórica de lo que se hace o se deja de hacer; a veces como juicio sobre lo asumido o abandonado, a veces como el curso de la historia que confirmaba lo bien obrado. También se harían comprensibles el profundo sentido con que se vive el honor, el valor, la dignidad, la lealtad.
El tiempo y su carga histórica
Quizás el momento de mayor expresión de estos aspectos centrales en la formación de la personalidad social y política de Allende, sea el de sus últimos discursos, en medio del combate de la moneda: su profunda tranquilidad refleja ese estado de absoluta identidad entre el observador – la historia – y lo observado – su vida -, sobrepasando incluso su profunda tristeza por la significación justamente histórica de lo que vive. Sus cercadores no llegan ni siquiera a un milímetro de la estatura ética, moral, histórica de Allende. Son sicarios encargados de la matanza y su lenguaje y la referencia al objeto de su violencia es soez, pueril, indigno.
Desde el 11 de septiembre, desde el combate en la moneda, desde su discurso profundo, duro con los poderosos, cálido con los desposeídos, lleno de sentidos y por sobre todo optimista, desde su estatura ética y moral, salvador Allende se instala en la historia, en el espacio de los héroes de la revolución chilena y latinoamericana.
- B. El contexto sociohistórico que permea y da continuidad a lo “heredado” por salvador Allende.
En el contexto que se desarrolla salvador allende, desde su nacimiento hasta cumplir los 15 años, se presentan hechos que refieren un alza de las luchas populares, en chile y a escala mundial, de gran importancia para el pensamiento progresista de entonces: los relatos sobre la matanza de Santa María de Iquique en 1907, nacimiento de la FOCH en 1909, Luis Emilio Recabarren fundaba el Partido Obrero Socialista 1912, en 1917 triunfaba la revolución rusa, en 1921 el pos se transformaba en el Partido Comunista de Chile. Este contexto es procesado por Allende desde y más allá de sus conversaciones con Demarchi, zapatero anarquista italiano.
Sobre su ingreso a la universidad, un frente mas de lucha, dice “los estudiantes de medicina representábamos al sector menos pudiente… los abogados, como estudiantes, formaban el sector de la oligarquía”… “los estudiantes de medicina se encontraban en las posiciones más avanzadas”… “yo no había frecuentado la universidad buscando ansiosamente un título para ganarme la vida, milité siempre en los sectores estudiantiles que luchaban por la reforma”.
Es presidente del centro de alumnos de medicina, participa en el grupo de estudios sobre marxismo (1927), forma el grupo avance (anécdota sobre su expulsión) en la facultad de medicina (1929), presidente de la FECH, encarcelado en la lucha contra el dictador ibáñez del campo (1930), miembro del consejo universitario, expulsado y reincorporado a la universidad (1931), apoya la república socialista de Marmaducke Grove. Encarcelado (1932), fundación partido socialista (1933).
Su discurso sobre la juventud: “ser joven y no ser revolucionario es hasta un problema biológico” en la universidad de Guadalajara, México, tiene el peso de este diálogo fecundo entre el joven salvador Allende y su contexto.
- C. Una primera visión integradora
Historia familiar, historia personal y contextos, en sus interdependencias, dan luces sobre la personalidad social y política de salvador Allende:
El discurso de la república y sus instituciones, de la independencia nacional, cuya amenaza constante es el imperialismo, sobre los intereses históricos, la libertad, la dignidad de la patria y su pueblo, de la legalidad necesaria de sus procesos de cambio.
Junto con todo ello la lealtad, el honor, la valentía, la dignidad, la consecuencia que debían caracterizar a los dirigentes de esa patria y de ese pueblo.
Ambos discursos y prácticas se hacen mayormente comprensibles desde esas interdependencias entre familia, persona y contextos socio – históricos. Con un trasfondo – testigo conformado por la historia de la humanidad, siempre presente, en Allende, como decíamos, necesariamente optimista.
- 2. Allende y la fuerza de los paradigmas
El proyecto de Allende
El proyecto allendista consideraba la necesidad histórica y la justicia de un proceso democratizador creciente de la economía, la política y la sociedad que beneficiara a las grandes mayorías nacionales, en una transición necesaria hacia el socialismo.
Este proceso debía desarrollarse a partir de una maduración del sujeto social proletario y popular, en conciencia histórica y organización, y del convencimiento creciente de las demás capas sociales no populares que, sometidos por el imperialismo, los grandes propietarios de la tierra y los monopolios, se beneficiarían objetivamente con los nuevos procesos de cambio y con el proyecto de sociedad que se iría estableciendo en el tiempo.
Entre aquellas capas sociales que habría que convencer y ganar para el proceso de creciente democratización de la sociedad, se destacaba la llamada burguesía nacional o industrial, aquella que realizaba su ganancia en el mercado interno, y que era vista como impedida de mayor desarrollo a causa de quienes mantenían un modelo exportador de materias primas y productos agrícolas, a la vez que importador de manufacturas:
Ellos eran los exportadores mineros y agrícolas, los grandes comercializadores, los banqueros, asociados todos ellos al imperialismo, a los monopolios y a los dueños de la tierra.
Este proceso debía necesariamente desplazarse dentro de la institucionalidad de la república, usando la vía electoral como forma de lucha central, apoyándose desde las movilizaciones para avanzar en la constitución de la nueva alianza social transformadora.
Su objetivo: socialismo en democracia, pluralismo y libertad.
La institucionalidad se transformaría crecientemente en tanto se alcanzaran dos cuestiones centrales: que las representaciones políticas del proletariado y el pueblo se incrementaran al interior de ella, y que lo mismo sucediera con las representaciones políticas de las demás capas populares y empresariales o burguesas, vinculadas al mercado interno, objetivamente interesadas en el proceso de cambio.
En primer discurso de Allende como presidente.
El 4 de noviembre de 1970, en el estadio nacional, Allende cita a Engels, en un texto en que este afirma que se podría concebir la evolución pacífica de la vieja sociedad hacia la nueva sociedad, “en aquellos países en que la representación popular concentrara en ella todo el poder, donde, de acuerdo con la constitución, se pudiera hacer lo que se deseara, desde el momento en que se tuviera tras de sí a la mayoría de la población”.
Y concluye allende en dicha ocasión: “Chile, en su singularidad, cuenta con las instituciones sociales y políticas necesarias para materializar la transición del atraso y de la dependencia, al desarrollo y a la autonomía, por la vía socialista. La UP es constitutivamente el exponente de esta realidad”.
Asegura allí que, si en Chile no se dan los factores de miseria, atraso e intervención extranjera, el modelo de la vía chilena, como vía pacífica, electoral, al socialismo, se cumplirá.
A la vez que advierte que si dichos factores se presentaran en el proceso chileno, entonces podrían llevar a éste al partido único, a la guerra civil, al autoritarismo y a la rigidización de los procesos políticos.
Estas particularidades, que ubica críticamente en los procesos de lucha y en los países socialistas de entonces, plantea Allende, no están determinados a priori, desde la teoría de Marx y Engels.
En la medida en que no se den dichos factores, afirma allende, “el país, a partir de sus tradiciones, dispondrá y creará los mecanismos que, dentro del pluralismo y apoyado en las grandes mayorías, hagan posible la transformación radical de nuestro sistema político.” El gobierno sería la palanca necesaria para impulsar estos dos procesos.
Los supuestos fundantes del proyecto allendista, soportes de toda construcción estratégica, eran sus ideas acerca de la existencia de una mayoría nacional, popular y de un sector empresarial por el cambio, todos ellos afectados profundamente por el imperialismo, a los monopolios y a los dueños de la tierra…
… y de su convicción republicana que en chile en tanto una república democrática constituida, las ffaa serían las defensoras irreductibles de su institucionalidad democrática.
Tras la burguesía democrática, antiimperialista, anti – monopólica, anti – oligárquica
Desde esa visión el PDC (partido demócrata cristiano, surgido del partido conservador) será el partido identificado por Allende como la representación política por excelencia de la buscada burguesía nacional, industrial, democrática, anti monopólica, anti oligarca, anti imperialista.
A través de todo el gobierno de la up se hará visible esta construcción de la dc en tanto que representación política de la burguesía nacional, democrática, antiimperialista, buscada por Allende y por el PC (el partido más comprometido teórica, política y geopolíticamente con el proyecto allendista) como el aliado político fundamental del proceso democratizador orientado al socialismo.
Ayudaba a dicha interpretación de la dc, la presencia de sectores de la pequeña burguesía funcionaria y profesional de convicción democrática a la cabeza de ese partido, después del gobierno de Frei Montalva y su “revolución en libertad” y el socialismo comunitario (candidatura de Tomic 70)
Así, en su propósito más estratégico, el proyecto allendista se orientaba a sumar a la dc a su programa de modernización del capitalismo y de profundización democrática, con rumbo al socialismo: la vía chilena al socialismo. (socialismo comunitario o autogestionado y socialismo)
Romper el cerco subjetivo
El supuesto era que las medidas anti monopólicas y anti oligárquicas, además de las anti imperialistas del gobierno fortalecerían la integración de la DC al programa de gobierno y o a una alianza de gobierno. Esa era una vía para hacerse mayoría ciudadana y asegurar los procesos de transformaciones democráticas con rumbo socialista. Las respuestas de esta representación política no fueron las esperadas (Área Social con empresas monopólicas, no pago de indemnizaciones por el cobre, entre otras)
De manera complementaria a ello, una segunda vía para hacerse mayoría ciudadana, desde el punto de vista de la acción política, el desafío de Allende era romper el cerco subjetivo con que la burguesía, nacional o industrial, ataba a un tercio del pueblo y a la pequeña burguesía profesional tras su conducción, reduciendo la base social de un gobierno popular que iniciaba su proyecto claramente desde una minoría ciudadana.
La política allendista tenía que dar cuenta de la necesidad estratégica de saltar desde un 36,6% a un 70 u 80% del apoyo ciudadano, incrementando hasta doblar el compromiso y organización popular con su gobierno y su programa de profundas transformaciones sociales, económicas y políticas.
¿Cómo hacerlo desde el accionar del gobierno, con su política de democratización social, económica y política, en relación con los intereses objetivos y subjetivos de las masas populares y de la burguesía llamada nacional? Ése era el problema.
De un lado, la negociación con la burguesía limitaba la capacidad de conducción de las masas, debilitando la construcción de la mayoría social popular y política que exigía su estrategia de transformación por la vía institucional.
De otro, la identificación con los intereses de las mayorías populares alejaba la posibilidad de alianzas con la burguesía nacional o industrial y su representación política: la dc.
Pero algo más de fondo no terminaba de ordenarse en las bases que soportaban el despliegue estratégico propuesto
En un primer momento es posible pensar que dicha articulación de intereses contradictorios de clase podrían haber ganado mayores niveles de verosimilitud, si el proyecto allendista se hubiera instalado en el gobierno en el año 1958 (con una dc con el 20% de los votos), cuando las contradicciones secundarias en sus aspectos principales – modelo de desarrollo – se mostraban más claramente entre desarrollo interno y desarrollo externo, tensionando las fricciones interburguesas y a sus representaciones políticas (las que se resolvían en los espacios electorales, entre conservadores, liberales, dc y radicales).
Más allá de esa interpretación y sus polémicas, lo que resulta meridianamente claro y de fondo desde la campaña del 58, es que algo había cambiado drásticamente en el orden político en américa latina, desde 1956 y ya claramente desde 1959 en adelante.
El hecho histórico que superponía la subjetividad imperial a estas contradicciones interburguesas, imbuyéndolas de sus objetivos políticos estaba a la vista: el triunfo de la primera revolución democrática y socialista en el continente: la revolución cubana.
La contraofensiva del imperio con la alianza para el progreso, orientada a cooptar e impedir las luchas de las masas trabajadoras y populares en el continente, y más específicamente en el campo, oficializada desde 1961 en punta del este, conformó un menú de modernizaciones al capitalismo chileno que recogería el PDC, como representación política eficaz del proyecto imperialista.
En las elecciones presidenciales de 1964, como producto de su propuesta de “revolución en libertad”, surgida de los laboratorios políticos del imperio, con su “alianza para el progreso”, el pdc alcanza hasta el 56,9 % del voto ciudadano (Allende el 38,9%; julio durán el 4,9%), iniciando un fuerte proceso de división del mundo social popular, la que se profundizará a partir de su gobierno (1964 – 1970) a través de la reforma agraria y sindicalización campesina. Promoción popular y centros de madres, como políticas de estado focalizadas hacia los cordones de pobreza urbana. Chilenización del cobre, sobre la base de sociedades entre el estado chileno y las compañías mineras estadounidenses. Como se ha dicho en las elecciones presidenciales de 1958, Frei había alcanzado solo al 20.7%.
En consecuencia, la revolución cubana no sólo diluye aún más las tensiones inter – burguesas que surgen de la objetiva realización de la ganancia en el mercado externo versus mercado interno, sino superpone a ellas plenamente la subjetividad del imperialismo y sus necesidades de defensa estratégica y de reproducción del capitalismo en el continente. Si en las elecciones de 1964 consideramos el voto conservador (J. Durán, 4,98%), el efecto de la política imperial sobre las representaciones políticas burguesas validadas por la ciudadanía (Frei y Duran) llegarían al 61,8%.
En dicho contexto, en 1970, al gobierno de minoría que se proponía con Allende una estrategia de democratización profunda de la sociedad, como forma de transición pacífica al socialismo, usando las instituciones del estado y teniendo como espacio de acumulación de fuerzas los procesos electorales, la posibilidad de ganar para su proyecto a la dc no parecía verosímil y, más bien, sólo le cabía identificarse cada vez más con los intereses de las mayorías populares, realizando sus demandas y reivindicaciones para disputar y ganar así al mundo popular cooptado por la representación política del imperialismo (PD), para hacerse mayoría ciudadana y realizar las transformaciones institucionales que le permitieran mayores y más profundos procesos de transformación económica, social y política, para constituirse cada vez en una más alta y más consciente mayoría social y popular.
¿Donde residiría la fuerza para reponer una y otra vez dicho proyecto legal o institucional de transformaciones sociales (52, 58, 64 y 70), aun cuando toda evidencia empírica señalaba ya desde 1958 y más fuertemente desde 1964, que después de la revolución cubana y sus efectos en el imperialismo y las burguesías del continente, el mismo carecía de viabilidad política?
En el continente
Los golpes militares como respuesta del poder, incluso ante limitados procesos de transformación social que enfrentaban al imperialismo, convocaban muchas veces como aliados o actores principales a aquellas fracciones de clase y capas sociales no populares que teóricamente formaban parte de la alianza social y política en que el proyecto allendista basaba su estrategia.
En Chile:
Desde el gobierno de Frei Montalva, quedaba en clara evidencia la relación de reproducción mutua entre el imperialismo y los esperados aliados del proceso transformador.
En América Latina:
La teoría de la dependencia constituía una respuesta maciza que cuestionaba el proyecto transformador de allende, sobre la base de una alianza de clases y una estrategia electoral. La lógica nacional no bastaba para comprender los procesos de reproducción capitalista ni tampoco el comportamiento de la burguesía y sus fracciones. Ello solo se hacía visible desde una lógica mundial. Desde la teoría de la dependencia se establecía que, como clase, la burguesía articulaba sus condiciones de reproducción desde distintos posicionamientos centro – periferia, en toda la cadena, en condiciones de un capitalismo cada vez más global o mundial. Lo que implicaba a la llamada burguesía nacional en su relación necesaria con la reproducción de la totalidad capitalista a nivel mundial y, por cierto con el imperialismo lo que la situaba en clara confrontación con cualquier proceso de transformación social que limitara dicha reproducción capitalista y su propia realización en ella.
Desde este lugar se criticaba la concepción mecanicista del materialismo histórico que evitaba ver lo fundamental: como clase, la burguesía advertida por las “leyes del desarrollo histórico” establecidas desde la lectura moscovita de Marx, no prepararía su propio funeral a partir de creídas contradicciones secundarias entre fracciones ligadas al mercado interno y externo. Menos en un escenario en que el imperio intervenía reordenando las relaciones entre ellas, sobre la base de sus propios procesos de estabilización, con cambios objetivos y subjetivos en la dominación, al que se sumaba el conjunto de la burguesía.
Desde esta perspectiva, en ocasiones el debate parecía centrarse en la vía electoral o la vía armada, ocultando lo esencial del mismo: el despliegue estratégico, al sujeto social y político y a las alianzas sociales y políticas. Lo electoral en sí mismo no constituía una diferencia crucial entre reforma y revolución.
La resistencia de un paradigma de base
Allende es, sin embargo, de otro tiempo histórico. La realidad que muestra la evidencia histórica no cabe en el lente paradigmático desde el cual se hacía posible el proyecto allendista. La convicción de Allende en su proyecto y la resistencia a nuevas miradas era enorme. ¿Cómo comprender esta resistencia del paradigma allendista?
A modo de tesis:
Uno: Allende como síntesis socio – histórica.
En primer lugar los propios procesos de formación de la personalidad social y política de Salvador Allende, que comentáramos.
Pero, junto con ello, también de manera muy importante, las vivencias sociales y políticas de Allende en su tiempo histórico.
La participación de Allende en el gobierno de Pedro Aguirre Cerda (1939 – 1942), gobierno que participa activamente en la potenciación, financiamiento y desarrollo de una burguesía industrial, vinculada al mercado interno, por la vía de la sustitución de importaciones.
Desde aquí, en un espacio vivencial muy intenso, aparecían con cierta coherencia las necesidades objetivas de desarrollo de la burguesía industrial “nacional”, y las limitantes que pudieran significar para su desarrollo los intereses del imperialismo y de oligarcas de la tierra y monopolios.
Además las relaciones sociales cotidianas de Allende, como parte de los ejecutores de la sustitución de importaciones del estado, con sus beneficiarios: la llamada burguesía nacional, sus representaciones políticas y sus políticos.
Dos: validación mundial del modelo de transición pacífica al socialismo
La guerra fría y la división de áreas de influencia entre los bloques yanqui y soviético limitaban la posibilidad de “intervención directa” o militar de uno de ellos en los espacios estratégicos y de influencia del otro. El proyecto allendista representa otra forma de intervenir en este contexto: desde las instituciones democráticas de la república.
Desde la perspectiva e intereses de la URSS: la distribución de zonas con el imperio puede ser alterada desde procesos socialistas que se enmarquen y se desarrollen dentro de la institucionalidad burguesa. Apoyo de la URSS a Allende y al PC.
(desde la perspectiva e intereses de los EEUU en América Latina, como su zona estratégica, la idea de amenaza y la necesidad de respuesta ante proceso chileno es evidente: la democracia formal como forma de dominación en sus territorios se hace inútil)
La potenciación mutua entre el proyecto allendista y los nacientes eurocomunistas incrementaban la validación de éste último en Europa (Alvaro Cunhal, Santiago Carrillo, George Marchais, Enrico Berlinger).
También la potenciación de una tercera vía en las social democracias europeas.
Tres: las vivencias políticas de allende en sus relaciones con el PC y la relación del proyecto histórico del PC con el proyecto allendista.
Los vínculos tempranos de Allende, entonces fuera del ps (1948), desde sus visitas a los campos de concentración del traidor Videla. Además la consonancia del proyecto teórico de los PC desde la III internacional de Stalin: en resumen: elementos pre capitalistas presentes con fuerza en la formación social chilena.
Desde la mirada del PC, la modernización de la sociedad, vía desarrollo capitalista, con la derrota del imperialismo, los oligarcas y monopolios, generaría un burguesía nacional hegemónica y desde ella un amplio proletariado capaz de asumir, posteriormente, las tareas de la revolución proletaria. Era la revolución por etapas. Las primera etapas de revolución democrático – burguesa con apoyo del proletariado, asociada al proyecto allendista y, luego, la revolución proletaria. La unión entre una y otra: la vía electoral para generar la mayoría por los cambios.
Cuatro: la idea de burguesías nacionales democráticas en los procesos de liberación nacional en áfrica y asia.
Los movimientos de liberación nacional, que interviniendo en formaciones sociales pre – capitalistas fuertemente distorsionadas por el imperialismo, desde una base marxista, asumen las tareas de industrialización propias del capitalismo, a nombre de una burguesía nacional no existente, y aquellas otras tareas más típicamente socialistas, desde el naciente proletariado industrial que surge de sus propios procesos. Haciendo más creíble la idea de burguesías nacionales democráticas en la periferia del capitalismo mundial.
En tal contexto los supuestos de Allende ganaban en coherencia, relacionándose favorablemente con la resistencia del paradigma allendista para reconocer una realidad económica, social y política distinta a aquella que éste producía en relación al capitalismo periférico, dependiente y sus posibilidades de transformación y de anti imperialismo, de la mano de una fracción de la burguesía.
Es posible sugerir que en estos cuatro procesos se afirmaron los supuestos del proyecto allendista, más allá de toda advertencia de la realidad política y social de chile y el continente.
- 3. La paradoja histórica: las derrotas aplastan, las victorias enseñan.
Venezuela: el otro proyecto allendista
Allendismo y chavismo
En el cono sur americano, y más particularmente en venezuela, surge y se desarrolla un proyecto de democratización integral de la sociedad, capaz de usar la vía electoral como eje estratégico en la acumulación de fuerzas para avanzar en un proceso de democratización integral de la sociedad, de masas, de carácter anti imperialista, anticapitalista y con rumbo al socialismo.
El paradigma allendista ha vivido una revolución científica: no es la burguesía democrática, anti imperialista, el eje que permite el avance del proceso democratizador de la sociedad.
El único sujeto social y político capaz de asumir consecuentemente la lucha democrática es una amplia alianza de trabajadores y masas populares, funcionarios públicos y privados, profesionales independientes, pequeños comerciantes, artesanos e industriales, objetivamente marginados y excluidos social, económica, política y culturalmente, los que en el capitalismo periférico, dependiente, transnacionalizado, pueden llegar hasta el 85% de la población.
En efecto, este proceso allendista surge sin el apoyo de la burguesía y sus representaciones COPEI (DC) y social democracia, y más que eso, fuertemente combatido por el conjunto de la burguesía venezolana, sus representaciones políticas y el imperialismo.
Respecto de la izquierda, sus procesos de desarrollo no contaron con el apoyo del pc aún preso en su paradigma, sino más bien, con importantes grados de resistencia al comienzo y luego, con un apoyo relativo, no tan visible ni difundido por los PC en América Latina. Ahora, en Venezuela, esta situación ha cambiado muy favorablemente…
La claridad estratégica
La dirección venezolana, con el comandante Chávez a la cabeza, con claridad estratégica, diseñó y propuso un plan de democratización de la sociedad orientado a organizar y movilizar una mayoría proletaria y popular como base de todo el proceso revolucionario, cuyo primer objetivo era la conquista el poder ejecutivo del estado de la burguesía.
Desde el gobierno y sobre la base de dicha mayoría popular se orienta a cambiar la base institucional del estado de la burguesía (asamblea constituyente, plebiscito y nueva constitución política), para luego conquistar el estado y usarlo como palanca de apoyo en la lucha ideológica, económica, política y militar del proletariado y el pueblo en contra la burguesía y el imperialismo, hacia la mayor democratización de la sociedad, en rumbo al socialismo.
La fuerza acumulada en el plano electoral permite nuevas ofensivas y avances estratégicos en lo económico, social, político y militar, en los espacios nacional y continental, a la vez que se basa en esos avances para acrecentar la mayoría ciudadana que las permite.
Lo electoral interdepende con lo económico, lo social, lo político – militar y lo cultural y es una lucha permanente.
El avance del pueblo y de su gobierno y de su estado en la mejora del trabajo y el salario, de la educación y de la salud, de la vivienda y la previsión social, de la seguridad alimentaria y la eco – sustentabilidad de la economía y la sociedad, en la democratización del ejercicio del poder político y de la producción cultural, incrementa las masas que se identifican y participan el proceso, las se expresan como mayoría en las elecciones y amplían y profundizan el proceso revolucionario.
La democracia comienza a ser más que nunca bandera de los pueblos. La lucha electoral es el instrumento de validación del sistema político que se transforma, apoyado en una creciente mayoría, y abre espacios favorables para más profundas e intensas confrontaciones con la burguesía y el imperialismo en el futuro mediato.
El proceso revolucionario es continuo. Las resoluciones son siempre parciales. Nada está asegurado para siempre. La confrontación es cada vez, y a la vez, económica, social, política, ideológica, cultural, militar. La conquista de las masas trabajadoras y populares es permanente y estas, cada seis años, como ciudadanos, aprueban y critican el proceso revolucionario. Los errores son costosos. El riesgo de burocratización es bajo.
Todos estos procesos que comentamos en la Venezuela Bolivariana de Chávez y Maduro y la dirección político militar de la revolución, SON ALLENDISMO.
Allendismo pero con un cambio fundamental: nadie confía un ápice en las necesidades, posibilidades o virtudes democráticas de la burguesía. Aquí todo está en manos del pueblo y o tiende necesariamente a ello.
Continentalidad de la lucha
Todo orienta a un proceso creciente de acumulación de fuerzas para combates de clase cuya resolución será necesariamente continental.
Hoy, los pueblos de nuestramérica estarían en pleno proceso de despliegue estratégico, con sus vanguardias en Venezuela, Cuba, Ecuador, Bolivia, Nicaragua y avances en Uruguay y Brasil, con Argentina, con fuertes luchas en Colombia y con un significativo avance, después de profundas derrotas, en un Chile, estratégico por su significación política y por sus recursos naturales.
Las condiciones de desarrollo del allendismo en el nuevo período político del continente
Representando esencialmente el allendismo y el chavismo un mismo contenido ético – político, lo hace en momentos históricos diferentes de la dominación y de la lucha popular, que explican la derrota de unos y la victoria de otros
Para que la Venezuela bolivariana del comandante Chávez y su proyección actual en toda América se constituyeran, hicieron falta:
Uno: la más plena configuración de un capitalismo globalizado, establecido desde el modelo neoliberal que articula centros y periferias de un sistema mundial de acumulación y reproducción del sistema, cuyo sujeto social y político lo constituye la burguesía transnacional y transnacionalizada, con soporte en gobiernos imperiales y en toda una institucionalidad política, económica y militar mundial.
Dos: decenas de años de recambios entre las representaciones políticas de la burguesía en condiciones de empobrecimiento general de la sociedad y el pueblo venezolano. Un pueblo virtual, producido comunicacionalmente desde la dominación como moderno y democrático, y un pueblo real, amplísimo, masivo, precarizado y pobre, que llega a caracterizar a un 85% de la población.
Tres: un discurso independentista construido en la guerra anticolonial y desarrollado en proyección latinoamericanista, de gran arraigo social y popular, que se reproduce desde prácticas y discursos que incorporan en la lucha social, política, ideológica, lo popular, lo religioso y lo militar, y que es capaz de producir un movimiento social y político que lo represente.
Cuatro: un liderazgo político – militar capaz de buscar e instalar espacios de representación social y política del nuevo proyecto democrático y revolucionario. Liderazgo representado por el comandante presidente Hugo Chávez y hoy por la dirección político – militar de la Revolución Bolivariana de Venezuela.
Cinco: las masas, las masas, las masas, la lucha de masas, una estrategia democrática de masas
Seis: un contexto internacional multi – polar de carácter burgués, inter imperial, inicial y precario, pero con creciente capacidad de contención de las iniciativas guerreras del imperialismo.
Siete: por cierto, también, un proceso chileno, con su proyecto allendista de transición democrática al socialismo, con sus desarrollos y tensiones entre reformismo y revolución que, a 40 años, ya produce una síntesis enriquecedora que potencia la perspectiva estratégica de la lucha.
- Allende en la lucha democrática, revolucionaria y socialista del chile de hoy
¿Dónde estamos en la lucha de clases, cuales son las salidas necesarias y qué relación tienen con Allende? ¿Donde cabe hoy el dirigente democrático y revolucionario Salvador Allende?
Para una primera interpretación, es necesario un esfuerzo de ubicarnos en el tiempo actual, precisando aspectos centrales del carácter del período de la lucha de clases en chile y sus particularidades.
El modelo económico y las antiguas fracciones de la burguesía
El capitalismo neoliberal y el nuevo período de la dominación burguesa y la lucha de clases en chile (1983 – 2012) con fase de instalación (1983 – 1989) y fase de validación y legitimación social y política (1990 – 2012). La fusión de las antiguas fracciones de la burguesía: la estabilidad por arriba. Las representaciones políticas del neoliberalismo: alianza y concertación.
De 1983 a 1985, en medio de las protestas populares, cristalizan los cambios en la base material del modo de producción, el patrón de acumulación.
A partir de éstos, el conjunto de la burguesía, comienza a realizar su ganancia, ya en los sectores exportadores estratégicos del modelo y sus sectores de servicios de exportación y, en la importación, distribución, comercialización y financiamiento de bienes en general, destinados al mercado interno.
Ello sucede a través de diversificadas alianzas y articulaciones verticales y horizontales de capital, con y desde las transnacionales y los bloques imperiales, que están a la base del nuevo modelo, en tanto parte de un proceso global de acumulación, dirigido desde las transnacionales.
En sus consecuencias políticas más decisivas, esta fusión de las antiguas fracciones de la burguesía dota a la dominación burguesa en el período de un alto grado de estabilidad política por arriba.
Las masas y la inestabilidad por abajo
El capitalismo neoliberal y las luchas de masas en el nuevo período. Dato estructural: una economía súper especializada, que determina reducidos niveles de inclusión social y una amplia masa excluida. Los incluidos: presiones que develan las modernizaciones y la constitución del 80 como trabas. Los excluidos: masividad y violencia de la lucha por sus demandas. Tensiones crecientes y rigidez constante. Inestabilidad por abajo: o desestructuración psicosocial de masivos sectores excluidos, con círculos viciosos entre delincuencia y represión, o transformación social.
La irreformabilidad del modelo.
Las expresiones y tendencias de la lucha de masas no pueden de ser reducidas por la burguesía sin ocasionar desequilibrios estratégicos a su modelo (libertad plena del capital, disminución del gasto fiscal, disminución del estado; competitividad y seguridad), explicando ello los límites de la oferta social, económica y política de las representaciones burguesas del neoliberalismo,
Así, los altos grados de inestabilidad del modelo por abajo y las luchas que las masas despliegan (por la educación, la salud, la previsión, la legislación laboral, la política de recursos naturales…) presionan directamente los fundamentos estructurales del modelo neoliberal.
La ilegitimidad de la institucionalidad política del modelo
Las luchas de masas y la no resolución de sus reivindicaciones y demandas elevan celéricamente la ilegitimación de la institucionalidad política del modelo. La posibilidad de transformar ilegitimidad de la institucionalidad política del modelo en crisis política del neoliberalismo está abierta. Una política ciudadana como eje articulador y potenciador de las luchas reivindicativas y democráticas de las masas y su resolución desde un nuevo gobierno que abra el camino hacia una nueva institucionalidad política, tiene aquí su espacio.
(el capitalismo neoliberal y las luchas por el control social y la cooptación de las masas: las reformas políticas y las alianzas PC – neoliberales).
La contradicción entre democracia y neoliberalismo
Sobre la base de la irreformabilidad y la creciente ilegitimidad de la institucionalidad política del neoliberalismo, que cristaliza a partir de la lucha de masas, es posible concluir la imposibilidad éste para realizarse en condiciones de democracia política formal, al punto que la contradicción neoliberalismo – democracia constituye la contradicción principal en el período, y define con ello el norte fundamental para la estrategia proletaria y popular.
Entonces la legitimidad de la lucha democrática se acrecienta cada vez ante las dificultades estructurales del neoliberalismo para admitir y resolver las reivindicaciones económicas y las demandas sociales y político – democráticas de las masas, validando el despliegue de éstas en todas las esferas de la sociedad, y realizando así su carácter anti – neoliberal, y por lo mismo anticapitalista, con rumbo al socialismo.
La lectura y proyección necesaria de estas contradicciones entre una minoría privilegiada y una inmensa mayoría de trabajadores y masas populares marginadas y excluidas, repone la figura de Allende en relación a la realización de la lucha democrática, a partir de una estrategia de masas que utilice los espacios electorales para establecerse en el ejecutivo y, desde ahí, con la fuerza de las masas, desarrollar la refundación de democrática del estado, de la economía y de la sociedad toda, con rumbo al socialismo.
- 5. El programa democrático, antineoliberal, ergo anticapitalista y con rumbo al socialismo, con los trabajadores y las masas populares, con Allende.
a) Democratizar los recursos para el desarrollo del país: renacionalización del cobre (litio), base de los roles emprendedor y garantista de derechos del estado, de base constitucional.
b) Democratizar el desarrollo de las personas en chile: garantizar a las personas el derecho al trabajo, a la salud, a la previsión, a la educación, a la vivienda, a un ecosistema sano, a vivir en la diversidad social, a su identidad cultural y étnica, de género, de opción sexual, religiosa.
c) Democratizar la economía: rol del estado emprendedor. Tres áreas de la economía: social (dirección obrera), autogestión (participación y control obrero) y privada (control obrero). Emprendimientos del estado en los ejes estratégicos de la economía: criterios de sustentabilidad económica, social y ecológica. Competencia por calidad y precio de productos. Competencia por calidad y salario con privados. Previsión: sistema estatal de excelencia, sistema de autogestión comunitaria, sistema de previsión privada. Salud: sistema estatal de salud de excelencia, atención comunitaria, atención primaria, secundaria y terciaria. (fin a la municipalización), sistema auto- gestionado de salud, sistema privado de salud. Educación: sistema estatal de educación gratuita y de excelencia, a niveles pre escolar, básica, media y universitaria, sistema auto – gestionado de educación, sistema privado de educación. Sistema de viviendas estatal y de excelencia, sistema de viviendas auto – gestionado, sistema de viviendas privado.
d) Democratizar la producción social de la realidad: las comunicaciones. Tres áreas: prensa escrita nacional y regional: estatal, autogestión comunitaria, privada. Radio: frecuencia distribuidas en tres tercios, estatal, autogestión comunitaria y privada. Frecuencias de tv distribuidas en tres tercios: estatal, autogestión comunitaria y privada. Tv cable: tres tercios, estatal, autogestión comunitaria y privada.
e) Democratizar el Estado: nueva estructuración de los poderes del estado, elección universal y secreta de presidente y miembros de sistema parlamentario unicameral. Sufragio universal, inscripción directa y voto voluntario. Votación proporcional con circunscripciones geográficamente colindantes. Elección directa de intendentes y consejos regionales. Elección directa de alcaldes y concejos comunales. Establecimiento del consejo comunal de trabajadores como la unidad organizativa del pueblo a nivel territorial, con representación en el consejo comunal. Voto revocatorio para toda autoridad elegida por sufragio universal y directo. Iniciativas legales ciudadanas con quórum proporcional de sus circunscripciones, en los niveles nacional, regional y local. Elecciones periódicas de autoridades del país, con derecho a reelección.
Para el debate: el programa de Allende su relación con el programa del pueblo, y las “viejas minorías”. Miradas desde nuestramérica.
En lo económico, la nacionalización de todos los recursos estratégicos para el desarrollo del país:
La gran minería del cobre, del salitre, del yodo, hierro y carbón mineral. El sistema financiero del país, en especial la banca privada y los seguros. El comercio exterior. Las grandes empresas y los monopolios de distribución. Los monopolios industriales estratégicos. En general aquellas actividades que condicionan el desarrollo económico y social del país, como la producción y distribución de la energía eléctrica, el transporte ferroviario, aéreo y marítimo, las comunicaciones, la producción, refinación y distribución del petróleo y sus derivados, incluido el gas licuado, la siderurgia, el cemento, la petroquímica, la celulosa y el papel.
Todas estas expropiaciones se harán siempre con el pleno resguardo del interés del pequeño accionista. ¿No se parece algo a la Venezuela revolucionaria?
¿qué han hecho los neoliberales concertacionistas con éstas empresas correspondientes al área social de la economía del programa de Allende?
- Entregadas a vil precio a la burguesía transnacional y transnacionalizada.
En el agro, desarrollo de la producción agrícola del país y mejoramiento de la calidad de la vida campesina:
Profundización de la reforma agraria, centros de producción agrícola de carácter social, asentamientos de pequeños campesinos de carácter privado, favorecimiento del desarrollo campesino – indígena, apoyo técnico, apoyo en maquinarias, producción de semillas.
¿Qué han hecho los neoliberales concertacionistas sobre los avances que significaron el programa agrario de Allende?
Privatización y transnacionalización de las tierras, mercado de la tierra en condiciones de radical desigualdad y desprotección, reducciones campesinas en quebradas y tierras sin valor agrícola, favorecimiento de la gran propiedad transnacional parta la fruticultura y la silvicultura de exportación, privatización del agua a grandes empresas agrícolas y mineras. Represión a las comunidades mapuche.
En demandas sociales: el trabajo, la educación, la salud, la vivienda, la previsión, la cultura como derechos de las personas.
Trabajo estable en condiciones de negociación por ramas y grandes sindicatos, educación pública en los tres niveles, gratuita y de excelencia, salud pública, gratuita con crecientes niveles de excelencia, vivienda digna y adecuada a las necesidades de la familia, sistema de previsión de reparto solidario con financiamiento tripartito, políticas de desarrollo cultural en sus distintos niveles.
¿qué han hecho los neoliberales concertacionistas sobre los avances que significaron el programa de Allende en trabajo, salud, educación, vivienda, previsión y cultura?
Aplicación de los tres criterios fundantes del neoliberalismo: libertad del capital, reducción del gasto público y reducción del estado, incrementar la competitividad y el bajo riesgo – país. Hacer de los derechos conquistados nuevas nichos de mercado entregados a la burguesía transnacional y transnacionalizada. El pueblo carente de derechos, fuera del mercado, endeudado, subordinado a la indignidad del subsidio en todo aquello que las transnacionales no hacen suficientes ganancias, reproduciendo y eternizando desigualdad radical y la pobreza profunda.
La política internacional del programa de Allende: autonomía, autodeterminación, relaciones con todos, amistad y solidaridad con los pueblos independientes o colonizados, especialmente con aquellos en lucha. Integración latinoamericana.
Latino americanismo, antiimperialismo e integración, relaciones de intercambio y amistad con los países socialistas. Independencia nacional, solidaridad internacional antiimperialista y afianzamiento de la identidad latinoamericana. El gobierno popular tenderá a la creación de un organismo realmente representativo de los países latinoamericanos. Revisar, denunciar, desahuciar, según los casos, los tratados o convenios que limiten nuestra soberanía. Denuncia y rechazo de la ayuda foránea y los empréstitos condicionados por razones políticas, o que impliquen la imposición de realizar las inversiones que deriven de esos empréstitos, en condiciones que vulneren nuestra soberanía y que vayan contra los intereses del pueblo. Solidaridad efectiva con la revolución cubana, avanzada de la revolución y de la construcción del socialismo en el continente latinoamericano. La integración latinoamericana levantada sobre la base de economías que se hayan liberado de las formas imperialistas de dependencia y explotación (¿ALBA? ¿CELAC? ¿UNASUR?).
La paradoja vuelve a nuestra retina
Mientras la más definitiva distancia separa a Allende de quienes fueran sus compañeros y aliados potenciales, y que desde hace 24 años y hasta hoy, desde su identidad como representaciones políticas del neoliberalismo, llamados “concertación” o “nuevas mayorías”, se comportan como verdaderas ONG’S de la burguesía transnacional y transnacionalizada… el programa de Allende y los derechos y demandas que este favorece y garantiza, están íntimamente ligados a la lucha democrática y de avance al socialismo del pueblo chileno y de los pueblos de nuestramérica.
Pareciera que la política internacional del gobierno de Allende hubiese sido escrita 40 años antes, para que fuera desarrollada por la nueva vanguardia democrática y revolucionaria de nuestramérica: la República Bolivariana de Venezuela.
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Apoyo a los procesos revolucionarios
Allende apoyó a la fugaz experiencia de la república socialista de Marmaduke Grove, en junio de 1932, Allende es encarcelado.
La manifestación de la fuerza militar bolivariana, con chávez como dirigente, en la venezuela post caracazo, contra la corrupción de la burguesía venezolana, así como todo el desarrollo democrático posterior de la revolución venezolana no sólo no es apoyado, sino condenado fuertemente por los partidos de la concertación, por sus dirigentes, por sus gobiernos y por sus ministros.
El libro de Víctor Osorio da cuenta de este hecho: “la reunión censurada”
Ley maldita: solidaridad política de clase
Mostrando la consecuencia con sus principios, en 1947 Allende abandona el partido socialista, cuando éste valida con su participación al gobierno del traidor Videla y su ley maldita que permite la represión a los comunistas. Vota en contra la ley maldita.
Los concertacionistas y nuevas mayorías hacen y harán carrera en el estado diseñando, organizando y dirigiendo iniciativas del estado neoliberal para infiltrar, perseguir y reprimir a organizaciones sociales, a los mapuche aplicando la ley antiterrorista y ocupando militarmente sus comunidades, a organizaciones políticas democráticas y revolucionarias.
Solidaridad con cuba revolucionaria
En 1959 Allende viaja a cuba a manifestar su solidaridad con la revolución cubana, vanguardia de la revolución continental en el siglo XX, entrevistándose con Fidel, el Che y Camilo.
Los gobiernos concertacionistas neoliberales se han unido a la alianza neoliberal en fuertes ofensivas contra la revolución cubana. Del mismo modo que en campañas dirigidas a desprestigiar y desconocer el carácter democrático y revolucionario del proceso venezolano, vanguardia de la lucha democrática y revolucionaria continental en el siglo xxi.
Alianza para el progreso: desenmascarar al imperialismo
En 1961, Allende como senador de la república, viaja a la conferencia de Punta del Este, Uruguay, para junto al Che, denunciar la maniobra imperialista que se cernía sobre el continente, a partir de la alianza para el progreso.
Los gobiernos de la concertación han sido vanguardias de las negociaciones del alca, y posteriormente de la alianza pacífico, contribuyendo protagónicamente al imperio en la confección de las cadenas que han ido perfeccionando la integración – devastación del país al modelo neoliberal de la explotación, de la exclusión, de la desigualdad, de la pobreza y del riesgo social y ambiental. La alianza del pacífico es justamente su corona.
Integración latinoamericana en la lucha democrática y revolucionaria
En 1967, Allende, como presidente del senado, participa en la conferencia Tricontinental de La Habana, donde propone la conformación de la OLAS (organización para la solidaridad en América Latina), instrumento de apoyo a las luchas democráticas y revolucionarias en el continente y anticipación acrecentada en el ALBA de CELAC y UNASUR.
Los gobiernos, ministros, dirigentes y partidos de la concertación neoliberal, han priorizado instrumentos regionales y mundiales del mercado imperialista, del modelo neoliberal a escala mundial, criticando, negándose y acercándose tímidamente, más con la intención de frenar y abortar que de aportar y potenciar, a los procesos de coordinación continental de las luchas democráticas y revolucionarias.
El cobre
En 1971, promulga la ley de nacionalización del cobre, deduciendo excedentes extraordinarios de las empresas imperialistas en la explotación del mineral, expropiando sin indemnización alguna. Se devuelve así al estado de chile y al país el patrimonio y la administración de su principal riqueza para beneficio de su pueblo.
Los gobiernos de la concertación reprivatizan el cobre, haciendo que hoy día solo el 30 % este en manos del estado y el restante 70 % sea patrimonio de la burguesía transnacional y transnacionalizada. Algo similar hacen sus socios neoliberales respecto del litio.
El hombre del siglo XXI
Decía Allende, “pienso que el hombre del siglo XXI debe ser un hombre con una convicción distinta, con otra escala de valores, un hombre que no sea movida esencial y fundamentalmente por el dinero, un hombre que piense que existe para la fortuna una medida distinta, en la cual la inteligencia sea la fuerza creadora”.
Los relevos e intercambios, mediados por el dinero como símbolo del consumo y por ello del éxito, se dan profusamente entre cuadros de la dirección pública del estado y los directorios de empresas privadas, con las que se relacionaron a razón de sus cargos públicos o políticos, caracterizan el comportamiento de los militantes y dirigentes de los partidos concertacionistas.
Unidad latinoamericana
Allende dice… “nosotros luchamos fundamentalmente por la integración de los países latinoamericanos. Creemos que es justo el camino indicado por los padres de la patria, que soñaron con la unidad latinoamericana… con la paz, no con la guerra; con la cooperación económica, no con la explotación, por la convivencia social y no por la injusticia”.
Los gobiernos, ministros, partidos y dirigentes de la concertación han trabajado duramente para que la integración latinoamericana se produzca como subordinación a los intereses de dominio del imperio y las transnacionales, en condiciones de guerra, de explotación y de injusticia para los pueblos latinoamericanos.
Conclusiones
En la actual situación internacional, caracterizada por una multipolaridad inter capitalista en construcción, por tanto precaria, considerando la ubicación geopolítica del subcontinente nuestroamericano y, en Chile , un país en el que el modelo neoliberal como expresión histórica de la barbarie capitalista, ha sido construido en condiciones experimentales, llegando a un modelo químicamente puro, como en Venezuela y en nuestramérica, la lucha de se orienta hacia la refundación democrática de nuestra sociedad, con rumbo socialista, y se hace posible desde la acción, concientización y organización del sujeto social proletario y popular, en el marco de una estrategias de masas que use, ocupe y refunde la institucionalidad política, apoyada en la movilización de las masas y en su decisión permanente, como ciudadanía, sobre el futuro democrático y socialista del país hoy, y luego, del continente.
Desde esa perspectiva, la síntesis histórica que producen nuestros pueblos entre reforma y revolución, entre lucha democrática y lucha revolucionaria, entre allendismo y chavismo, ha sido y es de fundamental importancia en los procesos que vivimos y en el futuro que hoy construimos.
Constituyen ellas parte de su núcleo teórico – político fundamental, al que se integran e interdependen las miradas de nuestros pueblos originarios, de nuestras luchas inacabadas de independencia, de nuestras propias teorizaciones históricas latinoamericanistas, y de los nuevos movimientos sociales relacionados con las perspectivas ambientalistas, de género y de opción sexual.
Y aquí, el compañero presidente Salvador Allende, como se ha visto, está enteramente presente. Por ello debe ser más voz y consiga de los pueblos nuestroamericanos en lucha y no debe permanecer por más tiempo como pieza de ornamenta en las oficinas de neoliberales concertacionistas o de “viejas minorías”, como tampoco en tanto falsa identidad de neoliberales disfrazados, que han actuado ante las masas como freno de la lucha democrática, antineoliberal, anticapitalista y por el socialismo.
Allende pertenece al pueblo y sus luchas de hoy, como así también luis emilio recabarren, el organizador del movimiento obrero chileno, y miguel enríquez, el héroe de la resistencia popular contra la dictadura y agudo pensador revolucionario. Tres hitos fundamentales de todo el desarrollo político de los trabajadores y el pueblo.
Allende, como Chávez, está hoy entre los héroes y mártires de la lucha democrática y socialista en chile y conforman parte del patrimonio ético y moral de la revolución chilena y latinoamericana.
Por Carlos Lafferte C.
