FEL, UNE, Izquierda Comunista y Colectivo Raíz se unen en Coordinadora LUCHAR para conquistar la FECH

El anarquismo es parte esencial del movimiento estudiantil chileno. En 1906, con el apoyo del rector radical Valentín Letelier, los libertarios fundaron la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, la que dirigieron entre 1918 y 1922. Hoy, 93 años después, Melissa Sepúlveda, estudiante de cuarto año de medicina en la Casa de Bello, apuesta por convertirse en la primera presidenta rojinegra de la organización en casi un siglo.

En su primera entrevista con un medio, la también dirigenta feminista explica por qué quiere liderar el movimiento estudiantil del próximo año, y advierte a Michelle Bachelet o quien sea que gobierne este país desde marzo de 2014, sobre la lucha que no abandonará el sector social que más ha remecido Chile en los últimos años.

Melissa, oriunda de Concepción y con 22 años, se inscribió anoche como representante de la coordinadora Luchar, integrada por el Frente de Estudiantes Libertarios (FEL) y la UNE, ambas colectividades con presencia nacional; además de colectivos como la Izquierda Comunista y el Colectivo Raíz.

La actual consejera Fech, espera cerrar un ciclo de constante crecimiento del movimiento libertario en la Universidad de Chile, adelantado por Felipe Ramírez y Fabián Araneda, quienes sorprendieron en 2011 y 2012 como secretario general y vicepresidente, respectivamente. En ambos comicios, el triunfador ha salido desde la Izquierda Autónoma.

¿Qué te motivó entrar al FEL?

-El proceso de movilizaciones implicó una maduración importante en cómo -como estudiante- enfrentaba los procesos de movilización y la organización en sí. Y me fue necesario poder vincular el trabajo que estaba realizando como dirigenta a un proyecto transformador mayor. En 2011 no tenía ningún cargo de representación, pero estuve trabajando desde las comisiones que se levantaron en el paro de mi facultad, en vincular a los secundarios del sector con la facultad y desarrollar el tema de acceso.

¿Por qué te decidiste a ser candidata a presidenta?

-No fue una decisión fácil, porque yo soy de región y esto implica -en el caso de que salga- congelar un año. Es un año de gastos. Pero también había una responsabilidad y el diagnóstico que hacemos con mis compañeros para el año siguiente es que se requiere una fuerza de conducción dentro de la federación que logre mantener vigentes las demandas del movimiento estudiantil; se requiere una fuerza para que no exista un pacto o una Fech para Bachelet. Y además había tenido una trayectoria como militante y dirigente de mi facultad que decía que era una buena carta para ir a las elecciones.

En El Mercurio te definieron como la representante de la ultraizquierda, ¿eres ultra? ¿qué es ser ultra?

-Creo que la intencionalidad de haberme puesto como ultraizquierda no era muy buena, porque a la ultra se ha definido como a este sector de la izquierda -específicamente entre los universitarios- que es resistente a cualquier posibilidad de transformación efectiva o que exista resolución de los conflictos. Yo creo que esa en ningún caso es la posición de Luchar o del FEL o la mía; lo que nosotros estamos buscando es poder transformar la educación y las condiciones de vida, tenemos un diagnóstico y una estrategia y creemos que va por la construcción de poder popular esa posibilidad. Entonces, mejor especificar qué es lo que significa la ultra. Si es eso, me parece bien, pero si lo que se está catalogando es un cierre a la posibilidad de transformación, creo que no es lo correcto.

¿Y te defines como anarquista?

-Yo tengo una cercanía; bueno, milito en una organización libertaria que no es anarquista propiamente tal, pero entiendo al anarquismo como un movimiento histórico que ha estado fuertemente vinculado a los procesos de movilización de los sectores de trabajadores, obreros y estudiantiles. Incluso la misma federación en los años 20 tiene una ligazón con estudiantes anarquistas. Lo que sí me identifica con el anarquismo es justamente esa vinculación con el desarrollo del movimiento social y con los principios libertarios, que son la horizontalidad y la democracia directa, principalmente.

También perteneces a un colectivo que se llama La Alzada, ¿cuál es el sentido político de esa organización?

-La Alzada es una organización feminista libertaria, y es importante aclarar lo que es el feminismo, porque tiene una carga de estereotipo sumamente grande. Nosotros entendemos el feminismo como un movimiento social que busca la emancipación tanto de hombres y mujeres y que reconoce que hay -y ha existido históricamente- una dominación según la categoría sexual, en este caso que beneficia al hombre sobre la mujer. A nosotros nos interesa poner en evidencia que esa lucha está vigente; que no porque las mujeres hayan conseguido el voto o la posibilidad de estudiar implica que estamos en igualdad de condiciones. Eso se evidencia en que no existe paridad en los sueldos, que hay discriminación sexual, que la precarización laboral afecta de manera distinta a hombres y mujeres. Y eso es lo que nos interesa, primero evidenciar y luego ir superando esta situación de opresión de hombres sobre mujeres.

Entendiendo tu perfil, tu candidatura y posible triunfo tendría un simbolismo importante, por el hecho de pertenecer a una organización libertaria y también a un colectivo feminista ¿Cómo ves este desafío histórico?

-Por supuesto que tiene una importancia histórica, y esa importancia está en que hay coherencia entre los procesos sociales vividos a principios de siglo XX con lo que se levanta hoy día, y esta transformación profunda y radical de la que hablaba en un comienzo. En ese sentido, creo que el origen de la federación, que está ligado al movimiento anarquista-libertario, tiene ese fundamento; haberle dado vuelta la espalda a la élite intelectual a la que pertenecían esos estudiantes y volcarse al mundo trabajador, volcarse a los pobladores y a las necesidades a las que están sometidos por sus condiciones de vida.

En la práctica, ¿cómo sería una Fech libertaria?

-El trabajo que hemos llevado tiene esa carga de los principios libertarios y es lo que nosotros hemos intentado fortalecer desde las organizaciones de base, desde las asambleas, desde las prácticas de los centros de estudiantes donde hemos tenido inserción. Y también hace dos años la coordinadora ha estado participando de las mesas de federación y los cargos de consejería, donde se ha intentado vincular lo que sale de las asambleas, de los procesos de discusión de los compañeros y compañeras a las resoluciones que tiene el pleno de federación. Porque también hay un vuelco en la lógica de la organización estudiantil. Después del proceso del 2006 y 2011 se ve la necesidad de que ya no necesitamos representación por parte de los dirigentes estudiantiles, sino que exista una vocería cuya función sea llevar la reflexión colectiva a instancias de síntesis mayor como pueden ser el pleno Fech y la Confech. En ese sentido, las diferencias irían en esa lógica.

Para la disputa política que se va a dar el próximo año ¿cuál es la importancia de no tener una Fech para Bachelet, como dijiste al comienzo?

-Es casi evidente que el próximo año vamos a tener el gobierno de la Nueva Mayoría. pero independiente de quien sea gobierno el próximo año ha sido una de las preocupaciones fundamentales del movimiento estudiantil mantener la autonomía y la independencia de su proceso de movilización, y que finalmente la capitalización de ese movimiento esté directamente relacionado con la consecución de nuestras demandas. El gran problema que vemos de la conducción de la federación si está en alianza con el gobierno de la Nueva Mayoría es que esa capitalización vaya hacia el gobierno, vaya hacia decir que “las demandas están ganadas”, o que la consecución de un nuevo proyecto educativo, o que la profundidad de las demandas a las que hemos llegado “han sido conseguidas”, cuando no sea así efectivamente.

Las últimas dos campañas de la Fech estuvieron bien marcadas por el llamado a no votar “por el comando juvenil de Bachelet”, como dijo la Izquierda Autónoma respecto de la Jota. ¿Eso marcará esta elección nuevamente?

-Efectivamente hay ciertos sectores del movimiento estudiantil fuertemente ligados al movimiento secundario que reelaboran esta consiga de “yo no presto el voto” o “yo no voto por este sistema”; sin embargo en la centralidad de nuestras discusiones ha estado blindar del proceso electoral toda esta fuerza que ha logrado el tema de la educación. El proceso electoral como vía de resolución de los conflictos ha sido un guiño importante por parte de los sectores reformistas que existen al interior del movimiento estudiantil, y hoy día por parte del proceso electoral no tenemos más que propuestas ambiguas y posicionamientos mediáticos. Los candidatos lo que han hecho es tomar las consignas del movimiento estudiantil y tratar de decir que son ellos los que van a solucionar los problemas. Para nosotros el problema lo va a resolver el propio movimiento social en la medida en que sea, en posición de fuerza y a través de la movilización, capaz de ganar sus propias demandas.

Irací Hassler, candidata de la Jota, criticó la falta de inserción e incidencia del movimiento estudiantil en la política nacional por miedo a ser cooptados, ¿Cuál es tu crítica a la dirección del movimiento, que cuenta con militantes de tu organización?

-Efectivamente el año 2011, con la algidez de la movilización, se evitó una resolución que hasta proceso anteriores se veía obvia, que era que el parlamento solucione los problemas del conflicto estudiantil. Pero después del 2006 se evidenció que la parlamentarización era entrampar al movimiento estudiantil y bajar los niveles de algidez de la movilización. Los procesos del parlamento son muy lentos, entonces se vio en esos momentos que era necesario, en posición de fuerza, tratar directamente con el Ejecutivo, y que fuera el Ejecutivo quien se comprometiera a dar resolución al petitorio que teníamos ese año. El rol que cumple la institucionalidad dentro de la resolución de los conflictos sociales no se puede desconocer. Finalmente es por medio de leyes y cambios constitucionales por los cuales se van a modificar los aspectos técnicos de las demandas del movimiento estudiantil y de cualquier movilización social. Pero el problema político y la posibilidad de dar un giro radical de concebir la educación como un derecho social y garantizado, es la consecución que no se puede dar desde las instituciones o el parlamento. Eso es algo que se va a conseguir por la vía de la movilización.

¿Cuáles son los ejes fundamentales de tu candidatura y por qué deberías ser electa tú en lugar de los candidatos de la Izquierda Autónoma y de la Jota?

-La federación tiene un doble rol, y en eso todas las listas van a coincidir: por una parte está el rol de la vocería social y por otro lado está el rol dinamizador de los propios procesos internos de la Universidad de Chile. La principal diferencia está en los énfasis que hemos dado como fuerza política a ambos aspectos. En el aspecto de la vocería social, nosotros como alianza de izquierda de intención revolucionaria, hemos intentado poner como eje central la multisectoralidad y la unión de los sectores en lucha para la consecución y resolución de la variedad de conflictos que se manifiestan a causa del sistema capitalista neoliberal. La centralidad estratégica de la multisectoralidad es un diferencia significativa y es lo que vamos a mantener en la federación.

Por otro lado, en la interna, somos un grupo de organizaciones y colectivos que han tenido un trabajo de base durante años y que este año en particular, donde el primer semestre tuvimos una movilización al interior de la Universidad muy dispar -con algunas facultades movilizadas por demandas locales y otros por en conflicto nacional- nosotros intentamos posicionar y diagnosticamos que no existe disociación entre las problemas locales y el petitorio nacional: esos problemas locales son la expresión de la educación de mercado en una escala local. Finalmente, la crisis al interior de las instituciones es algo que debe ser abordado por la federación también y lograr avances en materia de acceso, de cómo se orienta el conocimiento y se transforman las mallas curriculares, del funcionamiento propio de la organización estudiantil y la democratización de los espacios institucionales al interior de la universidad.

Si tuvieras que mencionar una meta concreta que te gustaría lograr como parte del movimiento estudiantil el próximo año, ¿cuál sería?

-Yo creo que el principal desafío para el próximo año va a ser profundizar y lograr darle forma al nuevo proyecto educativo popular que deseamos desde la movilización social. Hay consignas instaladas desde el 2011 que eran impensadas, como la gratuidad; sin embargo la gratuidad no es la centralidad del problema de la educación en Chile. El problema es una contraposición de proyectos. El proyecto neoliberal que hoy está implementado y este proyecto que busca que la educación no sea un mero instrumento para el mercado laboral, que busca que no sea la generación de profesionales para es mercado laboral, sino que tenga un rol transformador tanto a nivel escolar como universitario. También tenemos que encontrar claridades respecto a cómo garantizar esa educación para todos, que la educación tenga acceso universal. Finalmente, el problema no se resuelve con mayor financiamiento ni con alguna u otra reforma, sino con que se reelabore la educación que queremos y para qué la queremos.

¿Algún mensaje a Bachelet?

-Yo creo que el principal mensaje para la Nueva Mayoría, para Bachelet, o para el gobierno que venga es que lo que se requiere en Chile para solucionar los problemas de derechos sociales básicos no son un par de reformas que maquillen o oxigenen el modelo económico chileno; sino que es la transformación profunda de la desigualdad y de la distribución de la riqueza en Chile, y esos son los aspectos centrales que hay que reformular si realmente de lo que queremos hablar es cambiar las condiciones de vida que tienen los chilenos y chilenas y todos los que viven en el territorio nacional.

FUENTE: http://www.theclinic.cl/2013/10/25/melissa-sepulveda-candidata-libertaria-se-requiere-una-fuerza-para-que-no-exista-una-fech-para-bachelet/

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