INCENDIO VALPARAÍSO: Ayuda para el Tío Yeyo, organillero que lo perdió todo.

Claudio Cortés , organillero, más conocido como el Tío Yeyo, perdió su casa y de la su familia en el Cerro las Cañas de Valparaíso, el incendio se llevó 50 años de construcción de una vida esforzada de este cultor de un oficio que desde el 2013 es considerado como Tesoro Humano Vivo de nuestra cultura.

Por fortuna pudo salvar su instrumento de trabajo, su máximo tesoro y lo que le ha dado el sustento y le permitido formar una familia feliz, que en cosa de minutos vio consumidas las tres casas en que vivían, como es tradicional en el puerto, sus 10 integrantes.

Ahora, quien desde siempre nos ha traído la alegría junto a la música del organillo, necesita nuestra ayuda para reconstruir su vivienda, por ello apelamos a vuestra generosidad y pedimos que depositen lo que puedan en la Cuenta RUT, a nombre de Claudio Cortés Castillo N° 6.745.540-1 del Banco Estado, que pertenece a Don Claudio, por lo que la ayuda le llegará directamente sin intermediarios. Si desean también pueden llamarlo a su teléfono celular 91 71 77 03 para saludarlo y avisarle que le han enviado su colaboración. Nuestro patrimonio cultural, los organillerso, su familia y el propio Tío Yeyo les estarán eternamente agradecidos.

Para conocer al Tío Yeyo favor observar el video: “El Organillo, un oficio que se niega a morir”

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Compartimos con ustedes la nota aparecida en el Mercurio de Valparaíso sobre los sucedido al Tío Yeyo.

“Con el organillo me levanté y con él voy a salir adelante”

YEYO

En la calle Demóstenes 385 del cerro Las Cañas están amontonadas las latas en la entrada; que da paso a las ruinas de las tres casas que estaban construidas en ese terreno, y en el que habitaban 10 personas. Sobre una de las paredes que aún se mantiene en pie se observa una solitaria olla y un set de cubiertos que pudieron salvarse, en parte, de la acción del megainendio que afectó a Valparaíso el fin de semana pasado.

En ese lugar estaba ayer Claudio Cortés, más conocido como Tío Yeyo, integrante de la Corporación Cultural de Organilleros de Chile, reconocidos como Tesoros Humanos Vivos del país en 2013. Él, junto a su familia, estaban trabajando en el retiro de escombros de lo que fue su hogar por cerca de 50 años.

El último en escapar.

Como la mayoría de las familias que habitaban los cerros afectados, en el terreno de Cortés vivían en la casa de adelante su hijo, él en el medio, y en la de atrás su hija, con sus respectivas familias. Todos ellos fueron evacuados inmediatamente, pero el organillero se resistía a dejar su hogar.

“Yo veía una ola de fuego que venía”, recuerda, añadiendo que se quedó tirando agua a la casa porque pensaba que “esto va a pasar. Pero un amigo me dijo “negro, no tienes nada más que hacer, el fuego lo tienes a cinco casas, así que vámonos. Entonces, abrí la puerta, saqué mi loro, mi organillo y salí corriendo”. “Era lo principal, porque es mi herramienta de trabajo. Yo con él me levanté y crié a mis niños, y con eso mismo voy a salir adelante”, asegura.

Y si bien podrá seguir ejerciendo su oficio, y toda su familia se encuentra en buen estado de salud, sí tiene un lamento: “Aquí estaban todos mis recuerdos, los reconocimientos que me habían hecho, cuando fui a Italia, a través del Ministerio de Relaciones Exteriores representando a Chile; cuando con la Corporación habíamos hecho presentaciones aquí en el Congreso y en Santiago. Y ahora todo eso está hecho cenizas”, dice sin poder ocultar su emoción; pues “yo tenía todo eso para mostrárselos a mis nietos. Decirles que alguna vez fui una persona importante… pero bueno habrá que volver de nuevo y empezar a construir todo”.

También está agradecido por el apoyo que le han mostrado sus amigos -entre los que se encuentra Patricio González, director de las Escuelas de Rock dependientes del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes-, y por su puesto sus compañeros de la Corporación Cultural de Organilleros de Chile. “Los hice subir todo el cerro, apenas llegaron, pero lo hicieron”, dice entre risas, agregando ya entre lágrimas que “vinieron a apoyarme, a darme el ánimo y la fuerza. Porque no estoy solo, soy un integrante más de la Corporación y me van a respaldar en lo que sea, porque de esto nadie está libre”.

Visita de autoridad

Pero no fueron las únicas visitas que recibió el Tío Yeyo ayer, puesto que hasta lo que fuera su hogar llegó también la ministra de Cultura Claudia Barattini, acompañada de la subdirectora Lilia Concha; y la directora regional Nélida Pozo; quienes llevaron ayuda directa para el organillero consistente en ropa de cama y comida no perecible, entre otras cosas.

El CNCA se encuentra realizando un catastro de los artistas, gestores y oficios que han sido afectados por el megaicendio. En este sentido, la titular de la cartera comenta que “cuando supimos lo que había pasado con Don Claudio, nos pareció que era bastante simbólico, sobre todo porque representa un oficio que nosotros hemos declarado patrimonio, y que de alguna manera comprueba que esta tragedia no solo golpea lo inmueble, sino la vida real de la persona, el patrimonio inmaterial de la ciudad y sus oficios. Entonces nos pareció importante estar cerca de él”.

Cortés, por su parte, agradeció el gesto de la autoridad. Y la abrazó en varias ocasiones como una forma de demostrar su sentir de que no lo están dejando solo, y luego ambos se quedaron conversando largamente.

FUENTE: El Mercurio de Valparaíso, 16/04/2014, página 27.
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