En Chile podrán existir cambios de gobiernos, revueltas estudiantiles, “perfeccionamientos” de la democracia, alzamientos en regiones, demandas internacionales contra el Estado, huelgas de hambre de distintos luchadores, etc…pero si hay algo que se mantiene intacto es la salvaje represión que ejerce la policía militarizada de Carabineros de Chile a vista y paciencia de los medios de comunicación, parlamentarios, jueces y los poderes del Estado.
Los agentes policiales, desafiando todo criterio técnico en materia de contención y manejo de multitudes, arremeten contra la muchedumbre utilizando toda clase de medios motorizados y de infanteria, golpeando sin misericordia y en total descontrol a cuanto ciudadano se les atraviesa en el camino, no distinguiendo entre manifestantes, agitadores, etc. Cuando alguno de ellos cae bajo su garras, normalmente proceden a golpearlo con lumas, pies y manos para luego introducirlos a los carros policiales, donde según abundan testimonios, son salvajemente golpeados en total impunidad y al amparo de las sombras.
Hasta la fecha, salvo casos puntuales que han revestido notoriedad publicas, estos actos permanecen en la impunidad y no hay organismo del Estado que haya querido ponerle atajo.
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