Hace unos meses apenas se levantaron voces de repudio porque a pesar de los “esfuerzos” hecho por la Señora Evelyn con los portuarios, el paro continuaba en el Puerto de San Antonio, incluso algunos empresarios, no menores por cierto, dijeron que si el “Espigón” no funcionaba se les “debía quitar la concesión”, la política, los medios de comunicación y el empresariado entendía por fin, que lo que los trabajadores portuarios necesitaban aquel famoso “nuevo trato” que nunca en el Gobierno de Piñera se aplicó y en los anteriores tampoco.
Y como siempre, cuesta saber quién está detrás de estas estupideces, de estos gallitos sin sentido que lo único que pretenden es demostrar quién es más fuerte, poniendo en riesgo el comercio internacional y sus compromisos, la cadena logística entre ellos el paso por el canal de Panamá, miles de dólares que al final alguien paga y nunca por cierto es el causante del conflicto.
En el mundo empresarial no siempre el que da la cara es el malo, el siniestro o “el titiritero”; por lo común el que da la cara es quien va al sacrificio, el tonto útil, el que se quedara sin pega, el que tiene los días contados, que es el caso del gerente de Puerto Central, un tal Rodrigo Olea, que mientras los Matte no contrataron al expulsado del grupo Von Appen, Roberto Zilleruelo Asmussen, las cosas en Puerto Central se mantuvieron en relativa calma.
Las triquiñuelas ocupadas por Zilleruelo son conocidas por los trabajadores portuarios de Valparaíso y esto de hacer tratos comerciales con el mundo sindical, es algo así como su jugada maestra o “jaque pastor”, pues ahora las replica casi de memoria en San Antonio, ya que Diego Silva es un empresario que tiene negocios con Puerto Central y además es presidente de un sindicato que no supera los treinta asociados, y a todas luces la misión de Diego es tratar de destronar al dirigente Sergio Vargas del liderazgo, que en los últimos tiempos ha adquirido a nivel nacional, para lo cual este saca a sus muchachos a la calle, tratando de que se enfrenten los trabajadores por la fuente laboral que Puerto Central pone como botín para el que gane , en una disputa digitada por el nuevo y oscuro guardia del Grupo Matte, que con cariño lo apodaron “Bob”.
Sería bueno que tanto los exportadores que tantas visitas hacen al Congreso, para proteger los productos perecibles y los que pedían la aplicación de la Ley de Seguridad Interior del Estado, ahora le pidan al Grupo Matte que llame a “Bob”, para que se deje de dárselas de poderoso y hacerlos perder el dinero que con tanto sacrificios ganan.
Al terminar este texto, el empresario que se las da de sindicalista junto a los directivos de Puerto Central llegaron a un acuerdo, lo cual les reporto como de costumbre un bono que es de esperar que llegue a los trabajadores y que por supuesto lo pagara el Grupo Matte, parece que “Bob”, como cariñosamente le dicen, gasta más en sus jueguitos de lo que producen en Lirquen y Puerto Central.
Por Jorge Bustos.